En los cuestionarios que realizamos a cientos de propietarios de pymes familiares sobre sus verdaderas preocupaciones, sale como preocupación más habitual, nada más y nada menos que en el 95% de los casos, la comunicación interna es francamente mejorable.
 

Cuando hablamos con sus trabajadores comprobamos dicha falta de comunicación. Es más, en muchos casos se sienten sorprendidos de que alguien los escuche de verdad, es decir, que tenga en cuenta sus opiniones, sus ideas, sus críticas constructivas o sus sugerencias de mejora.
 

Herzberg ya nos decía hace muchos años lo siguiente:
 

1) El factor más desmotivante en una empresa es la política y administración de la empresa. Al escuchar a los trabajadores comprobamos que no entienden la estrategia de la empresa ni muchas decisiones de la misma. Al darles la oportunidad de hablar con la dirección pasan a entender muchas cosas e incluso aportan ideas para mejorar otras. La dirección logra mejorar la motivación y el compromiso de los trabajadores al escucharlos y al explicarles porqué determinadas cosas se hacen de determinada manera. Es decir, cual es su razón de ser.
 

2) La relación con los jefes suele ser más desmotivante que motivante. El simple hecho de escuchar a un trabajador ya le sirve para que la relación con su jefe mejore. Y si éste es capaz de escuchar sin prejuicios, sin juzgar, sin dar consejos, sin acusaciones, es decir, siguiendo los principios de la escuela de Carl Rogers, la relación cambia para bien.
 

3) Los mayores factores motivantes según Herzberg son la satisfacción por el trabajo bien hecho, el sentirse realizado y el reconocimiento. El mejorar la comunicación interna contribuye a que un trabajador se sienta más satisfecho y realizado (puede aportar mejoras a su empresa) y sentirse reconocido (se les reconoce que tienen capacidad de pensar y de ser creativos).

Cuando Amancio Ortega era un simple dependiente en Camiserías Gala y le daba ideas a su jefe para mejorar las ventas, su jefe no le hacía ni caso.

Todo el mundo tiene cerebro.
 

Las encuestas más recientes dicen que la satisfacción de los empleados depende por este orden de:

  • Conciliar la vida laboral y familiar,
  • Haya un buen ambiente o clima laboral,
  • Tener un buen jefe,
  • Tener un buen salario,
  • Sentirse realizado,
  • Desarrollar las habilidades personales,
  • Una buena adecuación entre las competencias y el puesto,
  • Cercanía al puesto de trabajo,
  • Tener reconocimiento por lo que uno hace bien, y que no sólo le digan lo que hace mal.
La mejora de la comunicación interna desarrolla y potencia todos y cada uno de estos factores.

Por ello, hemos desarrollado un método llamado TCR6.

¿En qué consiste?

1º) En mejorar la gestión por competencias. Es decir, identificar mediante entrevistas personales, test de competencias y de personalidad, los puntos fuertes y aspectos a mejorar de cada miembro de un equipo. Posteriormente se ponen en común los resultados para mejorar en conocimiento mutuo, entendimiento y empatía. 

2º) En enseñar a las personas a no juzgar, no acusar, no dar consejos que no se piden y a no criticar. Es decir, enseñarlas a tener un interés abierto en las demás personas, sin prejucicios. Es importante aprender a ser abiertos. Las personas abiertas, aprenden y avanzan, las personas cerradas ni aprenden ni avanzan.

Se enseña psicología positiva y humanística para aprender a escuchar, a tener una intención auténtica de comprender al otro. Es importante aprender a mantenerse objetivo durante una conversación con otras personas.

3º) Se enseña a ponerse en los zapatos de los demás. Mediante un sistema innovador y de probada eficacia enseñamos a mantener reuniones más eficaces, rápidas y productivas. Evitando pérdidas de tiempo y discusiones inútiles.
Hablamos para encontrar soluciones de un modo conjunto a determinados problemas, para así lograr superar la comprensión de un sólo individuo. Las investigaciones científicas realizadas por James Surowiecki demuestran que se toman mejores decisiones al participar más personas, en dichas decisiones.
Una cosa es dialogar, dónde el objetivo es aprender, buscar la verdad y la coherencia. Otra muy diferente es discutir, teniendo como objetivo ganar o convencer a los demás de nuestro punto de vista.

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